sábado, enero 27, 2007

Tras el desayuno...

Supongo que es algo normal en todo ser humano. Después de toda una noche recargando cuerpo y mente, y tras el desayuno, la visita al cagadero es inmediata y gloriosa. No falla, acabo la última migaja del desayuno y siento la imperiosa llamada de la naturaleza.

No obstante, lo que me ocurre con mi desayuno favorito no sé si es tan normal. Para mí, no hay mejor desayuno que un café y una buena tostada con aceite, tomate y trocitos de jamón. Delicia para mi paladar, caos en mi aparato digestivo. Incluso me cuesta acabar el desayuno antes de irme por la pata abajo, y no sólo eso, sino que a lo largo de la mañana cago unas 2 o 3 veces más, e intoxico a los de mi alrededor con numerosos “peítos pintores”.

Por todo ello, desayunar esto es muy recomendable si vais a pasar la mañana en casa o en el campo. Cagar en el WC propio o en la naturaleza es un placer. Es liberador y te sientes a gusto contigo mismo y con lo que te rodea. En cambio, si tienes que currar, ir a la universidad, rezar el rosario, o cualquier otra ocupación, es una putada, lo reconozco. Cagar es un acto placentero y debe poder hacerse en el lugar adecuado. Esos cagaderos de las oficinas, centros públicos y privados… Son el último recurso y deben evitarse en la medida de lo posible. No por la higiene ni remilgos homosexualotes, hay muchos que están como una patena, ni por la intimidad, ya os dije hace unos artículos que compartir la mierda y los gases haría de éste un mundo mejor. El problema reside en la falta de encanto de esos lugares. Les falta un toque personal, humanidad, calor… No se siente uno cómodo allí. Es como estar en la habitación de un hospital, por muy bien que te traten nunca te sentirás allí como en tu casa. O como el sodomita al que le tengan que hacer una exploración rectal; supongo que le molará, pero no tanto como ser enculado con cariño. Cagar mola, pero la experiencia es más rica en matices si se hace en el lugar adecuado…

Y para acabar por hoy, os comento una idea maligna que se me acaba de ocurrir…¿¿¿Y si combino el efecto tostada con el efecto actimel??? Puede ser una hecatombe. Ya os contaré si me atrevo… ¡¡¡SALUTEN!!!

Mierda relacionada: El efecto Actimel

8 comentarios:

Sebastián Liera dijo...

Bueno, ya nos contarás. Aprovecho para comentar que un par de días estaré fuera de la ciudad dando algunas funciones y regresaré a visitarte hasta la tarde del lunes (hora de México); mientras tanto, que tengas un buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Jajajaja, buena idea y más para una extreñida como yo; ahora eso sí cuando lo hago mmmm qué placer!!! Ya te describí en un anterior comentario.
En cuanto al lugar, yo no puedo cagar sino en mi casa o en algún sitio en que esté cómoda; ya lo he verificado tb.

Te dejo un dicho popular de aquí de mi tierra que, según cuentan en la familia, lo decía mi tatarabuela. Ahí va:

El pedo es un aire comprimido que va de la tripa al culo y da un chillido.
Te regalo esta definición familiar relacionada con la mierdas que nos ocupa.
Saluditos y sí, probaré ese desayuno, pero sin el actimel por si las moscasss ;)

PePoRRo dijo...

Bonito dicho, me ha gusta mucho :D

nathalie dijo...

jajaj que bueno, lo mejor es que tienes razón. No hay nada como defecar en casa :P No sé lo que tienen los wc públicos, parece que siempre hay alguien observandote..
que mal rollo!

Bueno peporro, encantada, voy a seguir por aquí, besos y ososs

RatWulf dijo...

En casa como en ningún sitio....y eso es así, desde que soy niño.

saludos!

Txutxi dijo...

Siempre se puede aprender de las técnicas de Jim Carrey en La Máscara, mientras está en l trena le pone papel a la taza...Asi aprendimos muchos a giñar en wateres inhóspitos.
Por cierto, vaya mierda de blog, y nunca mejor dicho. ;-)

Anónimo dijo...

Cagar lo que se dice cagar, lo hace uno en casa. Lo otro son urgencias. Cagar exige una cierta parafernalia, una postura adecuada, una buena tapa, una lectura a veces, o un cigarro para facilitar la expulsión. Cada uno tiene sus propios hábitos a la hora de afrontar dicha necesidad, hasta tal punto que hay quien lo convierte en religión, o en una fiesta, como les ocurre a las personas estreñidas. Buen post y muy divertido.
Te invito a visitar mi blog.
http://www.enunblog.com/Aguirre
Saludos

Anónimo dijo...

Es cierto que cagar en el campo es doblemente agradable. Es curioso como se experimenta como algo diferente el hecho de defecar sobre un objeto sólido, por ejemplo piedra caliza, y no sobre el agua. Es una nueva y enriquecedora perspectiva.