sábado, septiembre 04, 2010

Acción-Reacción-Reiteración

Erase una vez un puñado de euros, que llegaron al bolsillo de uno de los honrados siervos de MultiCorp, uno de los grupos empresariales más potentes del planeta. La macro-organización no puede permitirse perder las almas de sus lacayos, y para ello no es necesario ni un buen salario ni buenas condiciones laborales. El trabajador eficiente y fiel no es el trabajador contento, sino el que no tiene elección: “si no trabajas para nosotros serás apartado de la sociedad y morirás en soledad, tras una desdichada existencia”. Y créanme, esto no es una tarea complicada para las cuatro familias de accionistas que controlan los principales grupos inversores del planeta.

MultiCorp mueve la economía mundial a su antojo, mediante la estafa inmobiliaria, el tráfico de armas, el tráfico de personas, el genocidio justificado... Por supuesto, gente tan hábil no tiene problemas para decidir cuando llegan las crisis económicas, o cual será el techo de desempleo en esta ocasión. Todo lo que sea necesario para que su estatus y su orden mundial no se vean afectados por ningún factor imprevisto. Las etapas de esplendor de occidente, y sus intervalos de regresión, tienen algo en común, y es que siempre mandan los mismos.

Ve la tele, vive con miedo, permanece insatisfecho, sufre por necesidades ficticias, cuídate de mantener los buenos hábitos establecidos, llora por los muertos de guerras patrocinadas por quien te paga. Pero, sobre todo, COMPRA. El buen ciudadano consume. Compra tecnología, compra ocio, compra belleza, compra sexo, compra descendencia, compra la salvación eterna, compra la tranquilidad de conciencia. Y todo lo que compra es mentira, valorada en un puñado de papeles, la verdadera droga, mucho más peligrosa que la cocaína que es aspirada a través de ellos.

La televisión e internet son la Biblia. Nos muestran “la palabra” y el camino a seguir. Siéntete insatisfecho con tu vida, con tu cuerpo, con tu trabajo, con tu pareja, con el sexo, con tu entorno. Sólo así cuajará el mensaje que los sacerdotes de las ondas nos hacen llegar. Compra para ser “feliz” en tu escaso tiempo libre, para sentirte guapo, para conocer a tu pareja, casarte con ella, engañarla y divorciarte, para tener una dieta “light”... Hay demasiadas empresas tecnológicas, bufetes de abogados, clínicas de belleza, adelgazamiento y desintoxicación, tiendas de ropa, bancos... Hay que mantener a flote el organigrama, que sólo hay uno para todo nuestro sistema global. Y los que están en la cúspide son siempre los mismos. Ellos son nuestros pastores, nada nos falta.

El puñado de euros que MultiCorp ingresó en la cuenta bancaria (entidad propiedad de MultiCorp) encontró rápidamente una finalidad en la mente del ciudadano decente. La Empresa recomienda a sus empleados comprar sus acciones. Un valor seguro para garantizar su futuro y el de los suyos.

Ahora, nuestro feliz empleado pierde el apetito. Acaban de mostrar en los informativos la salvaje ejecución de un puñado de niños en África. Se levanta y tira por el retrete la sopa precocinada y distribuida por la filial alimenticia de MultiCorp. No hay quien coma tras semejante barbarie. Lo que ni sabe (ni se plantea) nuestro honrado protagonista es que tampoco dormirá, si descubre que los que le vendieron la sopa y las acciones son los mismos que fabrican y venden al mejor postor las armas que decoran las calles de las ciudades del mundo con sesos humanos. Pero eso no va a ocurrir. Nuestro héroe no está aleccionado para pensar o investigar. No va a cuestionarse nada que ponga en peligro su trabajo, su casa y su condición social. Su papel es y será, como lo fue siempre, trabajar y comprar... Sobre todo, comprar.

No hay comentarios: