
Es lo más antinatural que hay. Es el enemigo del efecto actimel, es la censura contra los mensajes que nos transmite el cuerpo. Un WC ha de oler a mierda y meao, no a rosas ni a pino, por todo ello, ¡¡¡NO AL AMBIENTADOR!!!
Además, las bochornosas campañas publicitarias de las compañías de ambientadores dan ganas de degoyar a todos sus responsables de marketing, como la del puto niño del anuncio ¡¡¡ups como huele!!! A ver niño, es mierda, ¿como quieres que huela? Además, es de hombre de honor el levantarse tras jiñar, mirar el zurullo, inhalar sus efluvios, y quedar satisfecho del trabajo bien hecho. Mirad sino como aspira Mobutu. Como debe ser.
