ESE DELICIOSO PICOR

Por muy higiénico y escrupuloso que pueda llegar a ser uno con su ojete, siempre hay algún día en el que se produce ese intenso picor. Además, suele aparecer en momentos en los que uno no puede desfogarse tranquilamente, porque está en una céntrica calle llena de gente, o en clase, o en una entrevista de trabajo, etc. El picor va "in crescendo", como el dolor de cuando te patean los cojones, que parece que ya no puede aumentar más, pero sigue creciendo, hasta que llega un momento en el que decides que eso no puede seguir así, y buscas una excusa para dirigirte a algún lugar solitario. Por fin. ¡Aleluya! Te metes la mano en los calzoncillos, te diriges a la zona anal, y joder, ¡QUÉ PLACER! Es algo indescriptible, tenías un picor tan insoportable que éste consuelo te produce un bienestar difícilmente alcanzable por otros métodos.

Es un picor muy intenso, de acuerdo, pero merece la pena, ¡joder que si la merece! Y si el mundo fuese un lugar mejor, podríamos gozarlo en cualquier situación, con otra persona, o en grupo. Decenas, cententas, millares de personas reunidas arrascándose el cerete. ¡Eso sí que sería una foto interesante y no las gilipolleces del mamarracho éste que es famoso porque fotografía gente en pelotas en diversas ciudades del mundo! Vaya rostro, haces la misma foto mogollón de veces pero en lugares diferentes, y te consideran un genio. Te arrascas el culo en público y te miran mal... ¡A tomar por culo!