El droide, con su forma de hablar “de apalanke” contó con detalle todo lo que ocurrió. El capitán no encontró ninguna información relevante en la historia. Lo que esperaba: boñigas espaciales fueron colisionando con la nave mercancías hasta que encontraron una fisura, entraron, y mataron a todo ser vivo. El droide era el encargado de inventarios y stocks, y al ver el panorama se encerró cobardemente en el almacén, lo que no esperaba Adam es que la mierda tenía mucho interés en el almacén, y si no llega a ser por los hombres de Shit sería ahora chatarra de desguace.
- Adam, dime, ¿qué es lo que llevábais en el almacen? – preguntó Shit mientras se rascaba la entrepierna.
- Bzzz Bzzzz…Nuestra carga habitual tío…vamos macho hazte un peta y échame el humo a los sensores de thc…
- ¡NO ME JODAS ADAM! ¡CONTESTA!
- Eehhhh, joder tronco, es que no me acuerdo…espera que autoconsulte mi base de datos… Llevábamos básicamente productos químicos, que llevábamos a las industrias petroquímicas del planeta Arquetype. También llevábamos revistas pornográficas para los habitantes de dicho planeta. Son todo hombres y les gusta mirar chochetes en la revista mientras se sodomizan.
- Mmmm, tenemos que visitar ese planeta, ¿eh Garf?
- Y que lo digas Unkel, nos lo pasaríamos mejor que en los campamentos de los Nazi Scouts Colegas.
- Yo sí que debería visitar ese planeta – comentó ilusionada Marcelina-. Imagináoslo, ¡todos para mí! Miles de cachondos que no han visto una tía en meses, sólo de imaginar un bukkake planetario me chorrea la entrepierna.
El capitán meditaba… Aquí hay algo muy raro ¿Por qué una mierda poderosa e inteligente se tomaría tantas molestias por conseguir la carga de un puto mercancías? Además, lo han conseguido, lo cual le preocupa de sobremanera… Y las boñigas van dirección a la tierra según los sistemas rádar de la nave. Hay que tomar una decisión, y hay que tomarla ya. Shit le daba una y otra vez vueltas a la cabeza, ¿qué hacer? Pero no podía concentrarse, cada vez que Marcelina decía una de las suyas, se pasaba horas empalmado… Entonces, Skyfucker se le acercó poco a poco.
- Capitán, tenemos que tomar una decisión.
- Lo sé, Míkel, lo sé.
- Pero claro capi, estás empalmado, yo también, y así no se puede razonar…¿qué te parece si…?
- Jejeje, me parece de puta madre, coge un poco de yerba de la que lleva el puto droide…¡Qué coño, dile al droide que venga y nos grabe! ¡Marcelina! A mi habitación, es una orden.
- He fantaseado cientos de veces con recibir esa orden – susurró Unkel a Garf.
- Ahora mismo voy capitán – dijo con una sonrisita picarona y los pezones duros Marcelina.
- Julieta, está usted al mando hasta mi vuelta al puente de mando.
Tras un par de horas de sexo salvaje, lluvias doradas, gemidos ardientes de Marcelina Jolie y mucha marihuana, uno piensa más claramente. La mierda representa una amenaza para la humanidad, no cabe duda, las boñigas espaciales que hemos visto no son demasiadas y las Fuerzas Armadas Terrestres podrán con ella si las avisamos pero…¿habrá más?¿Habrá mucha más? Tenemos que buscar el origen de la mierda.
El valeroso capitán se dirigió al puente de mando en tanga, apurando la chusta de un tres papeles de la hierba del droide.
- Julieta, aquí estoy, avisa a la Tierra de las boñigas que se dirigen hacia ellos.
- ¡Garf!¡Unkel! En cuanto Marcelina se suba las bragas y retome los mandos del rádar, poned rumbo al origen estimado de la hez. Y vosotros – refiriéndose a los soldados-, prepárense para una batalla diferente a todas las que habéis conocido.
